A menudo comento en este blog que los dos grandes impulsores de la contratación pública electrónica son la digitalización y la globalización de la economía.
Estos dos factores son las principales razones que nos deberían forzar a realizar, como sociedad, la transición al formato electrónico de la contratación pública. El formato electrónico es el único que permite y alienta los principios esenciales expresados en las leyes del servicio de contratación: transparencia, concurrencia, igualdad de trato, subsidiariedad y proporcionalidad.
Estos dos efectos de la economía actual, la digitalización y la globalización, hace ya mucho tiempo que están entre nosotros. Y se van a quedar. Y la contratación pública aún no ha realizado la transición al formato electrónico. Sin embargo el contexto sigue cambiando, no espera a nada ni a nadie. E introduce nuevos elementos aún más disruptivos.
Si analizamos nuestro contexto, vemos que se están produciendo otros efectos en nuestra economía que probablemente refuercen la necesidad, o al menos la conveniencia, de la transición al formato electrónico de la contratación pública: La innovación y la colaboración.
La innovación y la colaboración: dos elementos nuevos de nuestra economía.
Hay emprendedores tratando de innovar por todas partes. Unos con mayor fortuna que otros. Y todas las organizaciones tienen la innovación como una de sus principales preocupaciones. La innovación, no solo es la vía de combatir la falta de empleo sino también es una respuesta lógica a la eliminación de las barreras de entrada en todos los sectores de la economía: es el concepto de la larga cola, que se produce como respuesta a que los clientes ya no quieren lo que se produce («café para todos») sino que quieren productos y servicios personalizados porque ahora se pueden producir así. Los productos y servicios han dejado de ser dependientes de una minoría que podía producirlos y ahora son dependientes de la demanda: quien, cómo y donde quiere estos productos y servicios.
Y cuando no existen suficientes elementos (factores de producción) que permiten la generación de un negocio, se produce la colaboración. Estamos viendo los casos de UBER, AIRBNB, KICKSTARTER, y muchos otros que irán viniendo, porque la tecnología lo permite y genera un contexto que lo cambia todo. También la contratación pública.
Creo que la contratación pública puede alterar y ser trasformada a través de estos dos nuevos efectos de nuestra economía: innovación y colaboración. Me explico en las siguientes líneas.
Compra pública innovadora.
Recientemente la Comisión ha publicado una guía para la compra pública innovadora en la contratación pública. Tenéis la guía en este enlace.
En esta guía nos da una visión de como la innovación puede entrar en la compra pública de forma específica, utilizando los nuevos procedimientos que habilitan las nuevas directivas, y nos habla de los pasos que deben darse en la compra pública de innovación:
– qué procedimientos se puede utilizar
– como se debe de consultar el mercado de forma preliminar.
– en qué consiste y como se hace la compra pública precomercial.
– como utilizar el dialogo competitivo de forma más efectiva
– qué es el procedimiento de licitación con negociación
– en qué consiste la asociación para la innovación
Pero, la contratación pública también puede utilizar la colaboración. De hecho la propia guía introduce elementos de coordinación, pero se puede ir más allá. No solo se trata de la compra pública de innovación, sino de introducir elementos de innovación en todo lo que se compra.
La innovación puede ser iniciada de manera disruptiva o incremental, y a través de iniciativas por la parte de la demanda (sector público) o ser iniciadas y propuestas por parte de la oferta (empresas y emprendedores). Esta puede ser una buena forma de innovar con presupuesto público, permitiendo cambiar subvenciones por clientes.
¿Qué se requiere para producir esta colaboración de forma natural?:
Solo un lugar (virtual) donde se puedan consultar (información) todas las innovaciones en productos y servicios que pueden demandarse por parte de las administraciones, y todas las posibles innovaciones que se proponen sobre productos y servicios existentes por parte de la oferta (empresas y emprendedores).
Este sencillo paso, junto con una comunicación efectiva de los responsables de compra en las administraciones pueden hacer que tanto el presupuesto de contratación, como la energía y creatividad de los emprendedores y empresas que quieran innovar se encuentren de forma natural. Con riesgos y resultados gestionados. Si además tenemos en cuenta que existe un amplio soporte legal con las nuevas directivas de contratación recientemente aprobadas, no parece que haya que echarle mucha imaginación.
¿Qué se requiere para tener una «maquinaria» de este tipo en la contratación publica?
Creo que solo hacen falta dos cosas y una voluntad(impulso, liderazgo..):
- Hacer una transición optima y coordinada a la contratación pública electrónica. Esta transición es en sí misma una innovación muy grande en el propio servicio de contratación en particular y en general en la administración pública. Y va a costar bastante hacer esta transición. Mucho más cuando no hay nadie al mando ni liderando, ni formando, ni explicando, ni convenciendo,…..
- Y además de esta transición al formato electrónico, hace falta generar sitio en internet donde la información de la demanda y la oferta de innovación esté disponible para todos los interesados.
Ya sé que falta la voluntad, pero vamos a seguir haciendo y proponiendo cosas, porque al final, la voluntad también se puede generar, y aparecerá. Solo cuestión de perseverancia y esfuerzo.
1 comentario en «La innovación y la colaboración en la contratación pública electrónica.»