La idea de la obligatoriedad del formato electrónico en la contratación pública está introduciéndose en las mentes de los decisores. La atención empieza a fijarse en la inminente tarea de la transición al formato electrónico.
Una transición que en un primer momento se ve como algo sencillo que consiste en adquirir, o hacer, un sistema de información que habilite el formato electrónico en la contratación pública.
Los que han empezado a emplear energía en la transición, una vez prestada la atención suficiente por parte de toda la organización, enseguida se dan cuenta de que la revolución digital requiere llevar en paralelo una revolución cultural que permita realizar una transición óptima en el servicio de contratación pública de cualquier organismo.
Gran parte de la revolución cultural que hay que hacer consiste en adquirir competencias digitales por parte de los integrantes de las organizaciones e incorporarlas a la cultura organizativa.
Esta transición al formato electrónico, como cualquier “job to be done”, o tarea que hay que realizar, se puede o debe dividir en fases abordables para que pueda ser realizada de forma óptima. Jose Antonio de Miguel en su blog «yoemprendo«, nos muestra cómo casi todas las tareas que hay que hacer, se dividen en más o menos las mismas fases:
- Definir. La tarea y sus límites
- Localizar. Los elementos necesarios para llevar la tarea a cabo.
- Preparar. A la organización y a nosotros mismos.
- Confirmar. Asegurarnos de que al llevar a cabo la tarea, conseguiremos lo que estamos buscando.
- Ejecutar . Llevar a cabo los planes que hemos identificado para completar la tarea.
- Monitorizar : Controlar y verificar que la ejecución se ha llevado a cabo y establecer los planes de contingencia necesarios y los ajustes necesarios en la ejecución.
- Modificar . Todo aquello que se aparta de los resultados definidos, o que impide conseguirlos
- Concluir . Emitir un informe final o comprobar que todo se ha realizado acorde a los planes o a sus modificaciones.
Lo normal es que solo nos fijemos en la ejecución. Y eso hace que no nos preparamos bien para llevar a cabo las tareas, y conseguir los resultados. Hay que hacer todos las fases, sobre todo como es nuestro caso cuando la tarea es compleja y requiere la participación y coordinación de muchos agentes y elementos que no están bajo nuestro control ni bajo nuestro mando .
La Revolución cultural
Puede haber una serie de elementos generales aplicables a la transición al formato electrónico en cualquier organización. Es una hoja de ruta genérica. Pero esta hoja de ruta debe ser adaptada y personalizada en todas las organizaciones.
Les recomiendo la lectura del artículo Revolución digital & Revolución cultural: el desafio de la gestión de personas del S.XXI de Andrés Ortega.
Para entender esta revolución cultural que se va a desarrollar en paralelo a la revolución tecnológica hemos de entender que:
- La digitalización de todo está en el entorno en el que nos movemos, y lo llena todo. Y se mueve exponencialmente. No hay sector económico ni social, ni cultural, que no esté viviendo tiempos de cambio exponencial hacia el entorno digital, puramente digital.
- Las herramientas nunca son neutrales y la tecnología no es una excepción. El formato electrónico, marca sus reglas en la cultura. Del mismo modo que lo ha hecho el formato papel. Estas reglas en la cultura tienen que ser cambiadas y adaptadas a nivel individual y organizativo.
- Pero, las personas son la medida de todas las cosas, y no podemos pretender ningún cambio o transformación que no las tenga en cuenta. No es opcional. Las personas tienen que estar en la base. No se nos puede olvidar. Pero a su vez, este cambio cultural también cambia la forma en la que las personas se relacionan e interactúan con la organización.
- Los liderazgos tienen que ser múltiples. Un cambio cultural y una revolución tecnológica no se realiza en base a un líder carismático que nos muestra el camino. El camino nos rodea a todos, y todos tenemos que volver a aprender a andar por estos nuevos caminos digitales.
- No hay que realizar un cambio radical en un tiempo record, pero hemos de considerar que los cambios tienen que tener un cierto sentido de la urgencia, o sencillamente no se hacen. Y tenemos que proponer cambios organizativos que sean capaces de soportar estos cambios. (les recomiendo la lectura de “El camino hacia la Organización Bimodal” de José Cabrera)
Está resultando cada vez más claro que la transformación digital es la clave de la productividad de cualquier tipo de organización. Y esta transformación digital está basada en las competencias digitales de las personas que componen cualquier organización (pública o privada).
Pero las competencias digitales no se adquieren por arte de magia. Requieren esfuerzo y propósito, y suelen pasar por una serie de etapas.
Las etapas en la competencia digital.
La transición al formato electrónico no es la meta, es el medio. Para alcanzar la meta de la transformación digital hay que conseguir competencias digitales en los agentes que componen nuestra organización. Y esta competencia digital va a pasar por varias etapas lógicas, tal y como nos describe esta entrada sobre la dinámica de equipos para la transformación digital:
- La primera etapa es la conciencia pre-digital. Existe poco o ningún uso de lo digital pero la organización y los individuos son capaces de observar y entender los cambios rápidos y amenazantes del entorno.
- La segunda etapa es la de la competencia digital. Los individuos asumen la maestría y capacitación individual en el formato digital que les permite ser productivos en el nuevo formato.
- Las tercera etapa es la de la concienciación causa efecto. Si poseo esta competencia consigo este resultado. Se producen tribus y silos de información y actividad. No se tiene aún conciencia de la extensión de las nuevas formas y métodos a la colectividad de la organización ni a la sociedad en su conjunto.
- La cuarta etapa es la de la interacción de los individuos con la organización. Se visualiza por parte de todos la capacidad de producir mucho más y mucho mejor con menos esfuerzo. Basándose en los aspectos de colaboración y cooperación.
- La quinta y última etapa es la de la madurez. La transformación digital nos propone y expone como algo distinto en todos los niveles. Individuos y organizaciones están empoderadas por la nueva cultura y las nuevas herramientas.
Entonces, cuando ya creemos que hemos acabado, levantamos la cabeza y vemos que el entorno sigue cambiando y nos damos cuenta de que lo único que permanece es el cambio(Heráclito de Efeso). Con un ritmo acelerado. Pero ahora nuestra productividad nos permite utilizar el tiempo ganado, para reflexionar. O al menos eso es a lo que deberíamos aspirar.
Los tiempos que tenemos por delante no van a ser fáciles, pero van a obligarnos a aprender mucho y muy rápido. A todos. Y aprender rápido requiere mucho tiempo.
La conferencia de la interoperabilidad en la contratación pública electrónica es el 15 de septiembre en la Universidad de Alcalá. Ayúdanos a hacer la Agenda y APÚNTATE en este enlace.