La SOLUCIÓN no puede ser el PROBLEMA en la transición a la contratación pública electrónica.

 

Si estamos de acuerdo en el hecho de que el formato electrónico es el único capaz de conseguir los resultados que se esperan de la contratación pública (ahorro, transparencia, eficiencia, apoyo a las pymes y conformidad con las leyes), no tiene sentido que nos empeñemos, de forma insistente, en hacer de la solución (el formato electrónico)  el problema.

La contratación pública electrónica es la solución no el problema.

La transición a la contratación pública electrónica no es fácil, ni es gratis, ni es neutral. Introducir el formato electrónico en la contratación publica afecta a toda la organización (personas, procedimientos, estructuras y tecnologías), a su rendimiento y a sus costes, y debe ser un cambio que  afecte para mejorar, no  para empeorar.

La contratación pública electrónica también afecta a la sociedad a la que sirve la administración, tanto en cuanto se consigan los resultados expuestos anteriormente (mejorar) o se desperdicien los recursos, tiempo y motivación empleados en la fallida transición (empeorar).

En la entrada del blog Gurusblog “España y su plan de negocio”, Francisco Fernandez Reguero nos comenta lo siguiente:  El gran problema de España, de su Gasto, no es que gastemos mucho en gasto social o en intereses de la deuda, es que nuestra Administración gasta 6,2pp. más que nuestros socios de la Zona EU-17 en gastos de funcionamiento. (Año 2011: España 38,8% del gasto no financiero vs 32,6% Zona EU-17).

Pero si la solución es la administración electrónica, con su productividad y  eficiencia, no podemos convertir la solución en el problema. Es decir no podemos hacer de la transición al formato electrónico un proceso farragoso, lleno de burocracia inconsistente, con falta de dirección, control y monitorización, y con los máximos responsables huidos de las decisiones cruciales. Si otros lo han conseguido ¿porque nosotros no podemos conseguirlo.? Y repetirlo en todas las organizaciones.

Las señales que marcan insistentemente el error

En mi opinión, algunas de las señales que se pueden observar para saber cuando estamos convirtiendo la solución en el problema son las siguientes (probablemente haya más):

  • La dirección general está ausente de la trasformación organizativa y deja que los distintos departamentos se coordinen de forma espontánea. El resultado es la parálisis del programa de trasformación.
  •  Tomamos el proyecto como un proyecto de integraciones de sistemas informáticos dispares en vez de utilizar, en un primer momento al menos, la opción más estándar posible, la más fácil.
  • No tenemos en cuenta las características del formato electrónico y nos empeñamos en centramos en la parte burocrática del papel.
  • No hay plazos, equipo, seguimiento,—  en general no hay conciencia de trasformación ni  una gestión del cambio perfectamente definida.
  • Se pone la tecnología como único elemento a trasformar: poner una aplicación, integrar todo con todo, hacer de la tecnología un fin (todo tiene que ser de color verde) y no un medio.
  • Creer que la tecnología no requiere trabajo adicional, soporte y mantenimiento.
  • No se tiene en cuenta la interoperabilidad y la visión global de la contratación. No se trata de mi organización se trata del mercado único.

Muchas veces es así, no siempre, pero en muchas organizaciones es así. Se repiten las mismas señales insistentemente.

La tecnología se perfecciona con el uso.

Como solucionar esto es uno de los grandes problemas de la transición, y no tiene que ver con la tecnología, que normalmente funciona, o si no funciona se puede utilizar otra. Pero no podemos esperar a que la tecnología sea perfecta para usarla, porque sólo se perfecciona con el uso.  La tecnología no es el problema es el medio, en este caso, el único medio posible, pero no podemos convertirlo en el problema. No lo es.

La tecnología nunca es neutral. Cambia los equilibrios de poder que existen alrededor de la contratación pública y los desplaza hasta volver a generar equilibrios diferentes. Esto supone resistencias de personas, estructuras, y como no, procedimientos enteros que se pretende que sigan como antes. Pero el contexto ha cambiado, las leyes han cambiado y lo van a seguir haciendo para adecuarse al contexto y no podemos seguir haciendo la contratación como hasta ahora. Y no podemos convertir la transición al formato electrónico en el problema. Es la solución

Las consecuencias de hacer de la solución (transición al formato electrónico) el problema de la contratación pública,  es el aumento de los  costes de funcionamiento de la administración pública. No solo por el tiempo, el presupuesto y la motivación perdida, sino por los beneficios que dejan de obtenerse. Beneficios que ya han sido ampliamente descritos y corroborados y que se obtienen de la utilización del formato electrónico en la contratación pública.

Hay conocimiento, experiencias, técnicas, métodos, y motivación de sobra, para no caer repetidamente en el mismo error.

 

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