El imperativo y la oportunidad de la contratación pública electrónica.

No nos confundamos: La contratación pública electrónica es un imperativo. La transformación digital de la contratación pública es una oportunidad.

Me explico.

Ya empieza a notarse en la actualidad, y se irá acelerando según se acerque la fecha que marca el plazo final, una creciente actividad para preparar la transición al formato electrónico de la contratación pública en aquellas fases en las que las directivas comunitarias y las transposiciones de los estados miembros lo hacen obligatorio. Este es el imperativo.

Entender el cambio del entorno, el aumento de la entrega de valor de cada agente que interviene, el aprendizaje continuo, la innovación constante más allá de los límites de nuestra propia organización, el valor de conocimiento compartido y emergente, las capacidades  del servicio de contratación para influir en el beneficio directo del territorio y sus habitantes, la mejora del tejido productivo, la sostenibilidad del territorio, todo eso ….utilizando el servicio de contratación pública, Eso es una oportunidad.

Los cambios no son tan rápidos… aparentemente.

Los cambios a nuestro alrededor suceden, los podemos identificar con nitidez. Son visibles. Sin embargo las consecuencias de estos cambios, aparentemente lentos, son exponenciales. Y las consecuencias exponenciales (no lo cambios) suelen tener siempre la misma raíz: la digitalización.

Pero el cambio a la digitalización es en muchas ocasiones percibido como algo lento, poco importante. Que puede ser retrasado porque no hay tanta diferencia entre el formato papel y el formato digital dentro de un procedimiento de contratación. Es cierto. Y sobre todo si además incluimos en la comparación,  el tiempo y los errores de la necesaria capacitación y adaptación al formato electrónico de los agentes que gestionan la contratación pública.

La diferencia está en lo que se puede hacer con la accesibilidad y disponibilidad de los datos estructurados y trazables (atentos a la trazabilidad) que produce un procedimiento digital….. o con los datos opacos y tortuosos que produce un documento en papel. Y esa diferencia genera consecuencias de rendimiento y oportunidades que son exponenciales. Eso sí, siempre que sigamos queriendo aprender y esforzándonos en entender las nuevas oportunidades que emergen de todo ello. Algunas son obvias y claras y otras no tanto…

Y entonces…

Podemos seguir el imperativo y quedarnos en el cumplimiento estricto de las directivas, o podemos entender las oportunidades y explorarlas. Eso siempre es responsabilidad de los individuos que gestionan el servicio de contratación. Cada quién en su esfera de responsabilidad, de forma nítidamente personal e individual, cada cual con su intención y acción para  mejorar a su entorno… y a sí mismo.

Está prohibido.

Echar la culpa a otros del destino que nos espera, porque está en nuestras manos cambiarlo…

Hay una inscripción en la tumba de un obispo anglicano de la Abadía de Westminster que dice lo siguiente:

«Cuando era joven y libre, y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Al hacerme mayor y más sabio, descubrí que no se podía, y me resigné a cambiar a mi país. También resultó imposible. En mis últimos años, intenté desesperado cambiar al menos a mi familia más cercana, pero fue igualmente inútil. Ahora, en mi lecho de muerte, caigo en la cuenta de que, si simplemente hubiera cambiado yo mismo en primer lugar, mi ejemplo habría transformado a mi familia. Con su inspiración y su apoyo, habría podido mejorar mi país y ¿Quién sabe? Tal vez habría cambiado el mundo».

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