Innovación y gestión del cambio en la contratación pública electrónica

 

 

Como os he comentado en la última entrada estoy tratando de poner en claro los elementos que permiten utilizar, con el mayor provecho posible para el interés general, la contratación pública en su vertiente de innovación y por tanto y de forma colateral por los emprendedores.

Un libro sobre los motores de la innovación en las administraciones públicas

Esta forma de tratar la contratación pública me lleva directamente a la compra pública innovadora y de ahí he dado con el libro los motores de la innovación en la administración pública:   Els motors de la innovació a l’Administració pública (en format pdf) de  Quim Brugué Torruella, Júlia Boada Danes, Ismael Ivan Blanco Fillola

El libro, trata la innovación a través de una serie de experiencias y hace  una aproximación a algo parecido a una guía para la innovación (traducción personal del catalán):

………., la innovación no se puede decretar ni protocolizar. 

Sin embargo, hay condiciones que favorecen la innovación y que los responsables públicos podrían usar para promocionarla. Nos referimos a condiciones, no recetas, de manera que una guía para la innovación no puede contener una serie de indicaciones precisas, sino, en el mejor de los casos, algunas directrices genéricas. A la luz de nuestra investigación, en definitiva, hemos identificado seis directrices de este tipo: las dos primeras son previas al mismo proyecto innovador, mientras que las otras cuatro se aplicarían sobre el desarrollo de una política innovadora: 

• Identificar oportunidades para la innovación: las necesidades de la realidad y el fracaso de las políticas

• Mantener constantemente los cuatro motores de la innovación:

               Motor superior: Las instituciones públicas

               Motor lateral: el concocimiento y las experiencias

               Motor interno: los recursos propios para producir nuevo conocimiento y experiencias

               Motor inferior: la proximidad y las experiencias cotidianas

• Tener en cuenta que las columnas de la innovación son una filosofía y una metodología nuevas: saber (por qué, qué y cómo) y hacer (cuando y con quién)

• Generar un microespacio para la innovación

• Ofrecer resultados a corto plazo ( visibilidad )

• Disponer de una estrategia a largo plazo (sostenibilidad )

 Pero si hacemos una mayor abstracción, creo que  en el contexto de la contratación pública  y sus tendencias: globalización y digitalización, la innovación que supone la transición al formato electrónico es lo que se requiere en lo que hemos dado en llamar profesionalización del servicio de contratación.  Y esta profesionalización reclama nuevos servicios y nuevas herramientas, en definitiva innovación. Pero la innovación no es inmediata y aparte de la disponibilidad de nuevos productos y servicios se requiere la aceptación social y el uso adecuado, actual y futuro, de estos nuevos productos y servicios.

Pero ¿por qué falla la innovación?

Innovar es muy «bonito», pero no es sencillo. Falla a menudo.

En el blog de Idacción han publicado una entrada  ¿Por qué fallan los programas de innovación ?  en la que nos hablan de los grandes factores que hacen que la innovación fracase:

  • Falta de un circuito de retroalimentación desde los decisores a los ejecutantes (falta de comunicación).
  • Una cultura incompatible con la innovación (os suena)
  • Ausencia de un proceso de innovación (no lo hemos hecho antes)
  • Ausencia de las partes interesadas que son claves del proceso (ya he encargado que lo hagan y cuando esté terminado ya me avisarán).
  • La eterna batalla con el Statu Quo (Por encima de mi ¿cadaver?).

 La gestión del cambio tiene mucho que decir.

 Pero sabemos como definir y ejecutar una estrategia para conseguir la transición.  O eso creemos. Si nos fijamos en la parte de la cultura, esta entrada del blog de Gestión del Cambio:  nos da las pistas que nos faltan: la cultura y la estrategia tienen que estar coordinadas para poder producir cambios sustanciales en las organizaciones: innovar. 

Ya hay muchas experiencias de cómo no se innova,  pero tenemos que conocerlas.

Un documento que ofrece más pistas sobre como la innovación tiene que ser gestionada a través del cambio cultural nos lo ofrece PWC, la gestión humana del cambio y de ahí resalto el párrafo siguiente:

Todo el mundo conoce la rutina: El cambio es la única constante. Hay que alinear los tres elementos que intervienen (se han dejado la estructura) de personas, procesos y tecnología con la estrategia.  Pero todo el mundo también sabe que la conducta humana es compleja. Las organizaciones no se adaptan al cambio, lo hacen las personas. Pero esta idiosincrásica del elemento humano se pasa por alto una y otra vez en proyectos de cambio (innovación).

 Reflexión personal.

Seguimos intentando hacer la transición a la contratación pública electrónica a base de cambios mecánicos en la tecnología. Y seguimos cosechando estadísticas que nos dicen que perdemos tiempo y dinero en la gestión del cambio que comporta toda innovación. También la que conocemos como transición al formato electrónico en la contratación pública.

Si analizamos, una vez más los elementos de las organizaciones, veremos que la tecnología es uno de ellos pero no el único. En nuestro caso la tecnología es la habilitadora, pero ni mucho menos la protagonista.

Las personas con sus complejidades lo son. En el libro «los motores de la innovación en las administraciones publicas»,  relacionado en párrafos anteriores, he creído ver bastante materia de reflexión para que las organizaciones que tienen  que afrontar la transición a la contratación pública electrónica, encuentren las claves del éxito o al menos la forma de evitar los grandes fracasos.

 

1 comentario en «Innovación y gestión del cambio en la contratación pública electrónica»

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