O como ser capaces de proporcionar mayor capacidad de gestión y una eficiente toma de decisiones, a los agentes que administran y ejecutan el presupuesto de la contratación pública.
POR QUÉ TENGO QUE CAMBIAR.
Hay dos cambios claros profundos y claros en el futuro cercano del cualquier servicio de contratación pública: la digitalización del servicio de contratación, y la transformación digital del servicio. En la digitalización llevamos retraso (mucho) porque la tarea es compleja y abarca a muchas personas, organismos e instituciones con intereses diversos y a veces contrapuestos. En la trasformación digital del servicio de contratación apenas hemos empezado a entender el alcance real de lo que supone gestionar la contratación pública en digital: las opciones y los problemas que este nuevo escenario puede plantearnos.
Pero no existe ninguna duda de que la información sobre los hechos, su trasparencia, y el tratamiento rápido, ágil y eficiente de esta información aportará más beneficio de lo que estamos consiguiendo ahora como una sociedad que se gasta el 18,5 % del PIB con el servicio de contratación. También estoy seguro de que tendremos que afrontar en un escenario nuevo, nuevos problemas que ahora no somos capaces de ver. Pero no seguiremos tan “perdidos” como en la actualidad.
Del mismo modo que la tecnología está poniendo patas arriba a la industria tal y como Angela Merkel comentó en Davos: la industria 4.0 debería de fomentar la unión entre el mundo digital y el mundo físico, la contratación pública electrónica tiene que ser capaz de entregar todo el valor potencial que tiene la gestión inteligente del 20 % del PIB europeo que es el presupuesto de la contratación pública en Europa…… cada año.
Y para eso la contratación pública necesita mucha y buena tecnología bien utilizada. La tecnología deja de ser un complemento para pasar a ser un colega, un jefe, un subordinado, un consultor, un asistente, un simulador, ….. todo a la vez y sin descanso.
QUE TENGO QUE CAMBIAR.
No empecemos por las respuestas vamos a empezar por la preguntas. ¿Qué tecnología aplicada a la contratación pública con mucha inteligencia y mucha voluntad puede fomentar el progreso social?
No se trata de volverse loco y empezar a utilizar tecnología por la tecnología, sino de entender los efectos de la tecnología en la entrega de valor y como los datos (en tiempo y forma adecuados) pueden servir a los decisores para mover nuestras sociedades hacia un progreso sostenible.
Aparte de adquirir bienes y servicios y poner en marcha la contratación estratégica (innovación, inclusión social, medio ambiente y soporte a las pymes) el servicio de contratación debería de incrementar la productividad del sector público (MEJORES RESULTADOS CON MENOS PRESUPUESTO) y la competitividad del sector privado (TRASPARENCIA, CONCURRENCIA, IGUALDAD DE TRATO). Esa es la teoría. ¿Se puede poner en práctica?
Algunas de las tecnologías que pueden potenciar la entrega de valor del servicio de contratación, y que habría que explorar.
- Inteligencia Artificial basada en Big Data, no solo del objeto de las compras sino del propio proceso de compra y sobre todo de la métrica y consecuencias de sus resultados.
- Blockchain para el fomento de contratos inteligentes autocontrolados. Con el fomento de una meritocracia cierta y basada en los criterios que socialmente se consideren óptimos en cada momento.
- Cloud Computing en sus diferentes sabores para tratar los datos y sus procesos asociados sin necesidad de tener que soportar la propiedad del hardware y software requeridos.
- Machine Learning. Para entender y aplicar la profusión de normativas y evitar las posibles incoherencias que pueden introducirse debido a las altas cotas de complejidad y profusión de la normativa.
Si el sector jurídico-político actual no es capaz de entender este movimiento (¿revolución basada en la tecnología?) y pilotarlo a favor de la sociedad, es muy probable que la tecnología haga el movimiento por sí misma, pero en ese caso el resultado no será óptimo. El sector jurídico-político debería apoyarse en la tecnología y pilotar este cambio y debería saber utilizar toda la tecnología a su disposición para alcanzar de modo coherente los resultados que se esperan de la gestión del servicio de contratación pública.
Es el mundo que ya está aquí (VUCA, volátil, incierto, complejo y ambiguo) y hay que entenderlo y medirlo para manejarlo. En la contratación pública también. Las tecnologías no son buenas o malas, dependen de para que se usen y creo que el uso de estas y otras tecnologías puede apoyar el sentido último del servicio de contratación pública: devolver valor a la sociedad en forma de progreso sostenible a través de la adquisición de bienes y servicios de forma óptima para mejorer la vida de ciudadanos y empresas.
Soy consciente de que tal y como nos recuerda Paul Saffo “no hay que confundir una visión clara con una distancia corta”.
Sé que la distancia es muy larga. Pero sería genial poder tener una visión clara común compartida. A la vista del tiempo y el esfuerzo que nos está llevando la mera digitalización del servicio de contratación, la distancia, a veces, se me hace infinita, y la visión se llena de nieblas.
COMO EMPIEZO EL CAMBIO
Todos los gestores de contratación están ocupados en realizar un DISEÑO TECNICO dentro de sus posibilidades y en función de sus objetivos. La intención de este diseño técnico es realizar una digitalización óptima de su servicio de contratación y cumplir así con el mandato de las directivas europeas de contratación y del futuro (espero) régimen jurídico nacional.
Y con la misma pasión con la que afrontan este DISEÑO TECNICO INELUDIBLE, (que les permitirá entrar en el mundo digital por alguna de sus puertas grandes o pequeñas), prácticamente todos los gestores y decisores están obviando el DISEÑO SOCIAL IMPRESCINDIBLE que debe habilitar el uso de este diseño técnico por parte de las personas (todas). Son las personas las que gestionan el servicio de contratación. Y solo es posible conseguir los objetivos propuestos contando con ellas. Sin embargo el DISEÑO SOCIAL normalmente no se tiene en cuenta apenas. Solo hay que hacer un simple muestreo de los criterios de adjudicación que se utilizan en los pliegos de los concursos para digitalizar los servicios de contratación pública.
Algunos métodos para fomentar el diseño social pueden ser:
- Design thinking para el diseño de intervenciones en la digitalización, y para el diseño de nuevos y mejorados servicios del sector público.
- Agilidad y emprendimiento para la compra pública de innovación.
- Sostenimiento de espacios para el fomento de las comunidades de práctica y la re-profesionalización.
- Gestión del cambio: nueva autonomía y maestría de todos los agentes (aprendizaje).
- Comunicación y exposición sobre el entorno cambiante y los nuevos roles: propósito.
- Gestión de conflictos junto con la gestión del compromiso y la participación.
En general tengo la sensación de que no se está generando un espacio con las garantías necesarias de libertad, concurrencia y trasparencia que permita generar ni el DISEÑO TÉCNICO INTEROPERABLE ni el DISEÑO SOCIAL INELUDIBLE, en los tres niveles de actuación necesarios: a nivel de individuos, a nivel de organismos y a nivel de las instituciones.
También hay que señalar que este DISEÑO SOCIAL debería exponer a los agentes que intervienen en el servicio de contratación que posibles roles pueden desempeñar en la contratación pública que viene (re-profesionalización) y cuál puede ser el camino para prepararse….. si quieren.
Y por ahí debería de empezar el cambio necesario que nos lleve a una contratación pública centrada en las tecnologías de la Información al servicio de la sociedad.