Los datos de la contratación pública.

Con más voluntad (a la fuerza ahorcan) que acierto, seguimos asistiendo a la digitalización de todos los servicios de contratación en el sector público.

En el territorio nacional, no detecto aún (no significa que no se esté produciendo)  ningún atisbo real de coordinación, cooperación ni colaboración,  para generar el mercado único digital de la contratación pública que las directivas comunitarias persiguen.

Todavía seguimos tratando de cumplir la ley en su literalidad (que se ha demostrado algo difusa) aunque no se consiga en su espíritu. Ya habrá tiempo y presupuestos.

Aún no hemos entendido del todo, que las tecnologías de la información no son neutrales y que digitalizar, no es hacer en digital lo que hacíamos antes en papel y ya está. Digitalizar lo cambia todo. Ya hemos visto algunos ejemplos: la música, los medios, la salud, el valor de las empresas…

Pero después de los días de ruido y furia que estamos soportando, vendrá la calma. Y poco a poco nos iremos enfrentando y entendiendo al nuevo escenario de la contratación pública: los datos.

Y esos datos serán la base de la transformación digital del servicio de contratación que algunos servicios de contratación ofrecerán a sus territorios con el fin de mejorar la sostenibilidad y el progreso de los mismos. Creo.

La Economía de los datos.

Ayer asistí a la presentación del libro “la Economía de los Datos, Riqueza 4.0”  del profesor Emilio Ontiveros y Verónica López Sabater. Durante la presentación quedo bastante claro que estamos entrando en lo que se conoce como “la cuarta revolución industrial”, que viene a definirse como aquella en la que el dato (ubicuo, generalizado e hiperconectado) se  convierte en insumo fundamental de cualquier proceso económico.

Sin embargo, el dato en su estado inicial (el resultado de una transacción) y unitario carece de valor. Pero agregado, tratado, y analizado científicamente, puede identificar las tendencias del mercado (oferta y demanda) ayudando a identificar la previsibilidad, la certeza,  los gustos del consumidor….(los factores que determinan el éxito o el fracaso de políticas públicas)..

Es decir, a revolucionar la gestión económica tal y como la conocemos hoy en día.  Y también y no menos importante, la gestión social y hasta si me apuran el contrato social entre los individuos y el estado.

Los datos de la contratación pública.

En el servicio de contratación de cualquier organismo público, tener datos de calidad y realizar un tratamiento científico de los mismos, podría tener un impacto muy positivo en los resultados que este servicio de contratación ofrece a la sociedad. Y como hemos comentado, los datos son la base para la transformación digital que en algunos servicios de contratación seguirá a la digitalización obligatoria.

Si además esos datos se agregan de forma conveniente, tal y como está reclamando la Comisión Europea, los impactos pueden ser aún más positivos ayudando a diseñar las políticas públicas que implementan nuestras instituciones.

Y entonces ¿Dónde está el problema?

Adaptar este nuevo escenario a los requerimientos del recién estrenado Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea, y sobre todo (y no es nuevo) fomentar el aprendizaje y la formación continua en ciudadanos, empresas y funcionarios para entender la nueva realidad en la que ya nos estamos moviendo. Y en la que se van a tener que desenvolver todos los servicios de contratación del sector público. Creo.

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