Unas definiciones personales alrededor de la contratación pública electrónica.

 

 

Guillermo Yañez, responsable de la comunidad de prácticas de contratación pública, ha publicado una infografía alrededor de las obligaciones que comporta la reciente aprobación de las Directivas Comunitarias de Contratación pública y de concesiones a la que podéis acceder en este enlace.

En esta infografía, que considero que es enormemente aclaratoria, se pueden ver los plazos en los que habrá que cumplir las obligaciones que estas directivas implican.

Junto con esta infografía y después de hablar con muchos responsables de contratación en las administraciones, creo conveniente aclarar algunos conceptos, y algunos términos de muy alto nivel alrededor de la transición a la contratación pública electrónica.

Los objetivos de las Directivas: El mercado único.

Las obligaciones de las Directivas aprobadas se ciñen a las comunicaciones electrónicas entre el sector público y el mercado.  Estas comunicaciones se centran en

  • las funciones de publicación de anuncios y pliegos (accesibles en internet).
  • La fase de licitación electrónica, que contempla la recepción de ofertas electrónicas y las subsanaciones. Pero no la valoración de las ofertas.
  • La facturación electrónica de los contratos públicos.

El objetivo de las Directivas es generar un mercado único, y para ello se requiere el formato electrónico pero este formato no es necesario en todas las fases (Tramitación, Relación, Archivo y Explotación). Solo es necesario en la fase de relación.

Mi opinión personal es que es muy difícil hacer bien y de forma eficiente la relación electrónica con el mercado cuando el comprador no maneja de forma habitual y nativa el formato electrónico. Es decir, me resulta difícil decir a los proveedores que tienen que presentar sus licitaciones en electrónico cuando mi organización internamente no utilizar dicho formato de forma habitual.

Los objetivos del sector público: Comprar mejor.

Hay muchas opciones para cumplir estas obligaciones. Algunas de estas opciones son productos y servicios ofrecidos por proveedores y habrá previsiblemente alguna opción pública. Ninguna es gratis porque el problema no es el producto que se use, el problema es la transición de la organización al formato electrónico y eso requiere tiempo y esfuerzos.  Y sobre todo la velocidad de aprendizaje sobre las herramientas y los formatos electrónicos.

Lo que no veo es que todas las opciones converjan en un formato que permita el mercado único. No hay cultura de interoperabilidad y estándares (ni creo que el problema esté entendido por todos)  alrededor de la contratación pública. Porque normalmente los órganos de contratación piensan en como comprar mejor, no en el mercado único.

 

Las diferencias entre contratación y licitación.

La contratación es responsabilidad del comprador: el sector público. Y el sentido común dice que el formato electrónico debería de aplicarse en todas las fases, sobre todo en las internas.

La licitación es responsabilidad del vendedor: el mercado. Y el sentido común dice que debería de ser igual para todas las licitaciones en Europa, es decir que el licitador no tenga que aprenderse múltiples formatos y modos de licitar.

Y estas dos distinciones simples y claras, es lo que creo que deberíamos tratar de entender todos de una manera conjunta. Para no generar expectativas imposibles, o mejor aún, para generar una visión compartida de cómo debería de ser la contratación pública electrónica, en sus dos vertientes: el sector público y el mercado (los que contratan y los que licitan).

La síntesis de ambos objetivos y la aclaración de los términos.

Mi reflexión final es que la obligatoriedad del formato electrónico ha creado un impulso que algunas organizaciones del sector público podrán aprovechar para comprar mejor.  Para ello no se limitarán a la publicación, licitación y facturación electrónica, y utilizarán este impulso para comprar mejor e introducir procesos de innovación en la contratación pública: el propio proceso de contratación y en los bienes y servicios que se contratan. (no dejéis de leer esta entrada de Xavier Marcet sobre la innovación en el sector público).

Esto es parte del proceso de profesionalización del servicio de contratación que muchos ciudadanos y empresas reclaman.  Los territorios que consigan esta profesionalización tendrán una palanca de productividad y competitividad que les permitirá sostener los bienes y servicios requeridos para atraer talento e inversiones. Porque al final ese es el verdadero objetivo. O al menos eso pienso yo.

 

 

 

 

 

2 comentarios en «Unas definiciones personales alrededor de la contratación pública electrónica.»

  1. Hola Manuel, yo también pienso que eso de hacer una parte, la obligatoria, en formato electrónico y el resto, hacerlo como siempre. Pienso que va a ser una fuente de errores, imprecisiones y conflictos. Creo que hay que empezar a tramitar electrónicamente algo sencillo y fácil, algo que no ofrezca mucha resistencia; luego pasar a licitar electrónicamente lo que se tramita electrónicamente; todo lo que hecho electrónicamente se debe archivar en formato electrónico y, como consecuencia, exportar y analizar los datos electrónicos.

    Hecho todo esto con algo sencillo y simple; el siguiente paso, exportar lo hecho a algo un poco más complejo.

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    • Gracias Guillermo por tu comentario.

      Desde mi punto de vista, (no soy responsable de ningún servicio de contratación pública) lo que intento es tratar de hacer ver todas las opciones y de que se produzca el aprendizaje rápido y eficaz del formato electrónico y sus consecuencias. De esta forma, entiendo que cualquier responsable tendrá criterio y capacidad para diseñar su estrategia, elegir sus productos y servicios y mejorar el rendimiento de la contratación pública en su organización a la vez que consigue el objetivo global de generar un mercado único. Pero si no tenemos claro el mapa (escenarios posibles), no será posible que podamos marcar la ruta (nuestra estrategia) y utilizar la brújula (aprendizaje) para alcanzar los objetivos (mercado único y profesionalización del servicio de contratación). Esa es mi intención.

      Un saludo, Manuel

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