No tenemos la sociedad que nos gustaría. La que nos gustaría hay que “currársela”. Somos parte de la sociedad que tenemos y eso nos da pie para quejarnos o para tener motivos para empezar a mejorarla.
España, según los últimos informes de Telefónica se está volviendo digital: José María Álvarez-Pallete López, presidente ejecutivo, Telefónica S.A. “La Vida Digital es la vida misma y la tecnología representa una parte fundamental de ser humano. En el mundo hay más personas con acceso a un smartphone que con acceso a agua corriente, lo cual resulta extraordinario. Independientemente de si dispone o no de un dispositivo, la tecnología móvil se ha generalizado. La digitalización estimula la actividad de los servicios de salud y centros de investigación mundiales, alimenta la infraestructura de los servicios públicos, sirve de apoyo a los sistemas educativos, revoluciona nuestra manera de dirigir las empresas y, a un nivel más intrínseco, permite a la raza humana comunicarse a través de las fronteras.”
Asimismo y tal y como nos cuenta Antoni Gutierrez-Rubi en su entrada Por una vicepresidencia digital, hay una relación directa en estar desconectado y estar desempleado, que habría que analizar con cuidado. Y a su vez ASTIC (Asociación Profesional de Cuerpos Superiores de Sistemas y Tecnologías de la Información de las Administraciones Públicas), considera que la transformación digital de España sólo será posible si el nuevo Gobierno la convierte en un objetivo común de país y para ello sería conveniente crear un consejo digital, de carácter consultivo e independiente, similar al que existe en Francia. Como hemos comentado en este blog Francia, tiene un Plan de Implantación de la contratación pública gestionado por el más alto nivel político.
Si no tenemos una visión alrededor de la contratación pública (tal y como nos recomienda los considerandos de las Directivas Europeas de contratación) no es posible tener una estrategia que convierta la visión en resultados. Y la visión es digital. Quizás los movimientos iniciales deberían venir de los máximos dirigentes políticos.
Yo creo que hoy en día para ser político habría que ser especialista en contratación pública (con examen), no solo en la parte jurídica, sino también en su vertiente estratégica: inclusión social, medio ambiente, innovación y ayuda a las pymes.
Mi reflexión es que será muy difícil que la contratación pública sea electrónica en un entorno analógico, pero si el entorno se transforma (transformación digital), como parece, cada vez más al formato digital, es conveniente que haya una dirección y estrategias adecuadas para mover este servicio de contratación hacia su digitalización óptima de forma coordinada y efectiva. Hay personas muy preparadas que pueden hacerlo muy bien.