La semana pasada se ha aprobado por el consejo de Ministros la Agenda digital para España.
Recordamos que la Agenda Digital es el plan que tienen los estados miembros de la Unión para alcanzar la Estrategia 2020 en Europa y conseguir el objetivo de ser la economía más avanzada del mundo.
Para conseguir este objetivo, la tecnología de la información es el elemento esencial y como tal tiene que tener un tratamiento especial. Ese es el ánimo de la Agenda Digital, tratar de que el elemento esencial esté disponible, sea accesible, y haya formación y capacitación para que sea utilizado. Y por supuesto que su uso represente y demuestre las ventajas que se quieren obtener a través de resultados.
La Agenda Digital para España se estructura en torno a seis grandes objetivos:
- Fomentar el despliegue de redes y servicios para garantizar la conectividad digital.
- Desarrollar la economía digital para el crecimiento, la competitividad y la internacionalización de la empresa española.
- Mejorar la e‐Administración y adoptar soluciones digitales para una prestación eficiente de los servicios públicos.
- Reforzar la confianza en el ámbito digital.
- Impulsar el sistema de I+D+i en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
- Promover la inclusión y alfabetización digital y la formación de nuevos profesionales TIC.
En una reciente entrada del blog Somos Digitales se hace una aproximación de como se ha intentado generar la convergencia europea y lo que significa esta convergencia a través de la armonización de determinadas áreas e nivel paneuropeo (o divergencia si no se alcanzan los objetivos). Esta convergencia se centra en cinco grandes áreas de actuación (proyectos paneuropeos que utilizan las TI de forma intensiva, y que no serían posibles sin ella).
- Salud, el proyecto epSOS
- Justicia, el proyecto e-CODEX
- Identidad Digital, el proyecto STORK
- Adquisiciones Electrónicas el proyecto PEPPOL
- Creación de Empresas. El proyecto SPOCS
España tal y como se comenta en la citada entrada solo ha participado activamente en los proyectos de Identificación digital, Justicia y Salud. Y estos son los temas principales de la Agenda Digital para España.
Nos hemos dejado fuera (desconozco las razones para ello) las áreas que probablemente más podrían ayudarnos a la salida de la crisis: adquisiciones electrónicas (contratación pública electrónica) y creación de empresas.
En la agenda digital para España, la contratación pública electrónica se toca de forma tangencial. Es decir no es el objetivo prioritario ni tiene medidas especiales y proyectos concretos que puedan ser seguidos y controlados.
La facturación electrónica de los contratos públicos si tiene un tratamiento más directo. Habrá previsiblemente presupuesto. Pero no habrá presupuestos para la contratación pública electrónica.
Pero en mi opinión, el problema más grande no es la falta de presupuesto, el problema más grande es la falta de gobierno y dirección (esto precisa poco presupuesto) que en los últimos 15 años hemos tenido. La iniciativa privada y la iniciativa pública en este terreno cada uno van por su lado, y esto tiene consecuencias.
Para hacer una transición óptima a la contratación pública electrónica se requiere un ecosistema con muchos actores, que trabajen en una misma dirección y coordinados al menos en lo importante. Un ecosistema que esté organizado, no teledirigido y en el que todos los actores tengan claro cuál es su papel, y qué se consigue al final entre todos. Eso es lo que yo creo que falta.
Reflexión personal
Si la agenda digital para España deja fuera la contratación pública electrónica, y la Comisión europea plantea hacer obligatorio la licitación y la facturación electrónica, ¿Cómo vamos a armonizar los objetivos de la Comisión con los planes de la Administración en España?
La pregunta que me hago es la siguiente ¿Qué servicio de la administración pública, o mejor aún, que actividad socio-económica que aglutina el 20 % del PIB puede tener una repercusión directa en todas las líneas de actuación (retos) de la agenda digital? A mí (seguro que hay un sesgo de autoafirmación por ahí camuflado) se me ocurre que puede ser la contratación pública electrónica.
En mi opinión, la contratación pública electrónica es el elemento que puede transformar los seis retos identificados en la Agenda Digital para España en hábitos. Es la propuesta que hice a nivel personal para la Agenda Digital para España. Y probablemente, más que grandes presupuestos para ello, se necesite gobierno y dirección de todas las iniciativas públicas y privadas para que converjan en el objetivo que se persigue con la contratación pública electrónica.
Por el contrario, en la situación actual se corre el peligro de que la tensión por poner en marcha proyectos de contratación pública electrónica que generen la trasparencia, la competencia, la productividad, el acceso a nuevos mercados, la eficiencia y la eficacia,… se lleven a cabo sin la necesaria coordinación con estándares, y la interoperabilidad imprescindible de los proyectos que utilizan tecnología de la información y el formato electrónico.
Esta falta de coordinación y gobierno puede hacer (harán con casi total seguridad) que los esfuerzos por avanzar se conviertan en rémoras que impidan el avance. Traducido para entendernos: una Torre de Babel de dimensiones descomunales alrededor de productos, proyectos y servicios de contratación pública no interoperables entre sí, con un coste para las empresas por tener que emplear una multitud de portales, identificaciones, y herramientas para acceder a la oferta pública de contratos, que harán inviable obtener los resultados que todo el mundo espera de la contratación pública electrónica.
Tenemos una gran bola de nieve que empieza a rodar. La inminente obligatoriedad de la Comisión europea para la licitación electrónica y la facturación electrónica y la falta de gobierno de la TI y coordinación sobre las soluciones propuestas, están formando una tormenta perfecta que nos va a costar mucho superar. Deberíamos hacer algo al respecto. La inacción va contra los intereses de todos.
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