El termino comunidades de práctica fue acuñado por Etienne Wenger y se puede definir como: “ Las comunidades de práctica son grupos de personas que comparten una preocupación o una pasión por algo que hay que hacer, para aprender a hacerlo mejor, y que además interactúan regularmente”.
En la transición a la contratación pública electrónica las comunidades de práctica pueden servir para compartir conocimiento y experiencias en un primer nivel general entre distintas administraciones, y en un segundo nivel dentro de una misma administración pueden servir para apoyar a los componentes de la comunidad a realizar la transición al formato electrónico.
En esta última opción (dentro de una misma administración) se puede conseguir que los agentes que intervienen alcancen la autonomía y la competencia en el formato electrónico lo antes posible, y consigan así, los objetivos que la organización se haya marcado alrededor de la transición a la contratación pública electrónica.
Apuntes para una organización de la transición
En la última entrada del blog de José Cabrera se habla de redarquía y el cambio organizacional. En su exposición maneja los conceptos de jerarquía y redarquía al hilo de la transformación en las organizaciones, cuando esta transformación representa un reto adaptativo. El concepto jerarquía no tiene precisa de mayor explicación, pero sí el de redarquía.
La redarquía,
A diferencia de la jerarquía, la redarquía supone una estructura complementaria a la jerarquía que permite compartir el conocimiento y la responsabilidad de forma equilibrada entre los miembros de una organización para que puedan adquirir la autonomía y la competencia que precisan, y puedan acometer un cambio organizacional como la transición a la contratación pública electrónica.
Ya hemos comentado muchas veces en este blog que la transición al formato electrónico de la contratación pública representa un reto adaptativo, que difiere fundamentalmente de los retos técnicos en la forma en la que hay que adaptar la organización para llevar a cabo este tipo de transiciones.
El reto adaptativo de la transición al formato electrónico.
En la transición a la contratación pública electrónica, en mi opinión, confluyen las dos corrientes de cambio organizativo:
– La jerárquica, porque la transición implica una transformación que requiere autoridad, dirección, monitorización evaluación, …. Para poder asimilar por parte de la organización la complejidad inherente de la transición
– Y la redárquica, porque requiere conseguir de forma rápida autonomía y competencia en el formato electrónico por parte de los agentes que intervienen en la contratación pública.
Pero la autonomía y la competencia de los agentes que intervienen no suelen adquirirse de forma inmediata y clara, sino que suele ser un proceso o reto adaptativo, que permitirá ir disminuyendo la incertidumbre inicial (miedo a lo desconocido y sus consecuencias) que provoca el nuevo formato electrónico.
Para ayudar a superar esta incertidumbre y sobre todo a ganar individualmente las ansiadas autonomía y competencia, que todo agente que interviene requiere, una buena opción, puede ser la de constituir para la transición una comunidad de práctica dentro de la administración que va a realizar la transición al formato electrónico.
La comunidad de práctica de la contratación pública (constituida por Guillermo Yañez), se utiliza para fomentar el conocimiento alrededor de la contratación pública y ahora hemos iniciado una serie de seminarios virtuales con una conversación asociada para realizar la transición al formato electrónico. Pero una comunidad de práctica más reducida y acotada a una administración en el proceso de transformación es una herramienta que va a permitir establecer la comunicación y la trasferencia de conocimientos entre pares que despejará la incertidumbre de la transición al formato electrónico.
El liderazgo y el cambio.
Al final, creo que lo que se debe hacer es unir las dos corrientes necesarias en la transición: la jerárquica que expone y organiza la voluntad de transformación por parte de la autoridad establecida, y la redárquica que habilita mediante la autonomía y la competencia individual apoyada en una comunidad de práctica la posibilidad de manejar la transición al formato electrónico.
Reflexión final.
Por tanto, en mi opinión, hay que aprovechar la comunidad de práctica existente entre individuos de diferentes administraciones que permite compartir conocimiento general para la transición al formato electrónico. Como la que ya existe.
Pero una vez tomada la decisión de realizar la transición por parte de la jerarquía de una administración pública, una comunidad de práctica interna de esta administración, permitirá que los miembros y agentes que intervienen en la contratación alcancen la autonomía y las competencias necesarias en el formato electrónico a través de la comunicación y la conversación entre pares.
Esta comunidad de práctica interna tiene que dar apoyo y fomentar la comunicación de todos los individuos que experimentan y tienen los mismos problemas para hacer la transición: Herramientas, formatos, cultura, nuevos equilibrios de poder….
Esta comunidad de práctica interna puede ser una herramienta que ayude al éxito de la transición, o al menos haga la transición mucho más asequible para todos los agentes que, al final, tienen que hacer el cambio cultural al formato electrónico.
Apúntate a los seminarios virtuales de:
TRANS-FORM-E
para llevar a cabo una TRANSICIÓN A LA CONTRATACIÓN PÚBLICA ELECTRÓNICA con éxito
Hola Manuel, no conocía lo de redarquía, pero creo que el enfoque jerárquico del proyecto no basta.
En el proyecto-idea que ha surgido con Jaime Domínguez («Contratación pública electrónica 2.0»), la comunidad de prácticas se configura como una cuarta parte de confianza.
De la misma forma que en la administración/licitación/contratación electrónica son necesarias las terceras parte de confianza, es decir, entidades que verifican y dan fe de la identidad de los internautas y que dan confianza a la relación jurídica electrónica; la comunidad de prácticas de la contratación pública podría ser una cuarta parte de confianza, una entidad que genere la confianza necesaria para garantizar el éxito en la implantación de la contratación pública electrónica y que consiga la transformación de forma más eficiente y económica posible.