En esta entrada del blog Procurement Intelligence Unit (Unidad de Inteligencia de Compras) nos comentan sobre un estudio que están preparando para entender qué puede depararnos el futuro en la contratación pública.
Esta claro que en épocas de crisis, el gasto se reduce, pero no solo se reduce también se cuida mucho más. Para cuidar el gasto hay que conocer en qué gasto, quién gasta y por qué, cuándo y a quién compro. Estas preguntas siempre importan, pero cuando hay poco presupuesto para gastar importan mucho más. Los departamentos de compras en las organizaciones públicas tendrán que tratar de generar valor con menos presupuesto. Y las herramientas para conseguir esto son el formato electrónico y la profesionalización de la función de compras. Pueden ser actividades en paralelo pero no se pueden profesionalizar las compras en la sociedad en la actuamos sin utilizar el formato electrónico. No es posible. Ya se ha demostrado.
El contexto de crisis favorece la transición al formato electrónico
Este contexto de crisis puede radicalizar la fase de la transición a la contratación pública electrónica, porque este formato favorece el ahorro, la trasparencia, la eficacia, la concurrencia y la profesionalización de la función de compras.
Pero también puede ser un momento de dudas porque la gran mayoría de los proyectos de transición a la contratación pública electrónica no alcanzan los resultados (a veces ni siquiera están definidos) que se esperan en cuanto a plazos, alcance de la transición y sobre todo en cuanto a los beneficios que se esperaban.
Los retos de la contratación pública son asequibles. Podemos.
Este es una de los grandes retos de la transición: conseguir el formato electrónico con una participación de todos los implicados, de forma asequible (presupuesto ajustado) y ofrecer valor desde el primer momento de la transición (ágil). No es fácil pero sí es posible.
El otro gran reto es hacer que los proveedores de las administraciones públicas “aprendan” a relacionarse en el formato electrónico, a través de estándares interoperables (estándares CEN BII , con la infraestructura de PEPPOL y el registro VCD -Virtual Company Dossier-) para acceder al mercado de oferta pública de Europa y de todos los países que firmen acuerdos bilaterales con la Unión Europea.
No es una utopía. Solo es trabajo, conocimiento, dedicación y objetivos claros y definidos. Cuanto antes empecemos antes habremos llegado.
En la contratación pública electrónica todo son ventajas, si se sabe hacer bien la transición.