Más allá de la implantación de una aplicación para la contratación pública electrónica

Sigo repasando las distintas opciones que hay que tener en cuenta y las actividades que hay que poner en marcha para formular  la ecuación de la TRASFORMACIÓN  a la contratación pública electrónica, con el máximo beneficio (resultados) y el mínimo coste-esfuerzo (tiempo-presupuesto).

Esta aproximación me ha llevado a iniciar los trabajos de una guía acerca del gobierno de las tecnologías de la información (norma ISO 38500: 2008) aplicada al cambo que supone el uso del formato electrónico en la contratación pública.

Ya he dejado atrás, los por qués y los beneficios, es algo que, en mi opinión está, o superado, o es fácil de superar a través de las distintas evidencias que las experiencias habidas en distintas administraciones y los resultados que han obtenido han ido dejando como hechos incontestables e inconfundibles.

Sobre los qués, también hay múltiples informaciones y formaciones que nos permiten alcanzar rápidamente el nivel óptimo de formación y que tecnologías y mecanismos  nos permiten tener el conocimiento para pasar a la acción.

En los cómos la tecnología ya se ha empleado a fondo y existen técnicas y herramientas capaces de manejar el formato electrónico(documento, firma, expedientes, notificaciones…) sin mayores problemas y normalmente con total seguridad y ergonomía (de esto último probablemente aún queda algo de camino por recorrer).

Sin embargo lo que todavía creo que no hemos conseguido es el hueco que existe entre los qués y saber cómo. Entendiendo el saber cómo, no relacionado con las tecnologías sino con la trasformación coherente y colaborativa de todos los elementos que intervienen en  las organizaciones: personas, procedimientos, estructuras y tecnologías (Leavit, 1965).  Cómo hacer la trasformación con todas las dimensiones o principios  que tienen que ser tenidas en cuenta. (por ejemplo siguiendo los principios de la norma ISO 38500: responsabilidad, estrategia, adquisiciones, rendimiento, conformidad y factor humano, sobre todo factor hunano)

En este ámbito y en relación a la guía que he comentado antes hay que tener en cuenta dos vertientes complementarias: la que propone la citada norma internacional de  implementar un sistema en la organización que me permita gobernar las tecnologías de la información;  y la vertiente de obtener beneficios rápidos por la reflexión sobre los propios principios de la norma aplicados a las actividades que hay que desarrollar para realizar la trasformación a la contratación pública electrónica. Estas dos vertientes tienen que coordinarse de forma coherente para permitir la óptima colaboración del mundo de las tecnologías con el mundo de la contratación pública.
De la bibliografía que estoy utilizando para ir avanzando en esta guía de aplicabilidad de la norma ISO38500 a la contratación pública electrónica quiero hoy destacar el libro:   “Transforming Government and Public Services”, de  Stephen Jenner

El libro «Transformado el Gobierno  y los servicios públicos», propone conseguir los  beneficios del formato electrónico en la Administración  a través de la cooperación de tres disciplinas distintas:

  • la gestión de inversiones: para asegurar dónde, cuándo y en qué  invertir,  y como seguir invirtiendo  para optimizar los resultados de nuestro siempre limitado  ‘presupuesto’
  • la gestión de de proyectos y programas   para asegurar que se produce la entrega a tiempo y dentro del presupuesto de los cambios propuestos  y
  • la  administración de la realización de los  beneficios: asegurando que percibimos todo el valor potencial de nuestras inversiones (como forma de “comprar” beneficios futuros)

También quiero resaltar el documento de John Thorp:  Delivering benefits from investments in change  en el que se resalta el factor humano como elemento vertebrador de todo cambio.

Sobre todo ello iré tratando de aportar mis reflexiones al problema de por qué nos cuesta tanto conseguir los beneficios (resultados) desde las expectativas iniciales en la trasformación a la contratación pública electrónica. Qué tenemos que saber para alcanzar el mejor cómo en esta trasformación.

Todo esto me afianza en el convencimiento de que si bien los beneficios de la trasformación a la contratación pública son enormes, el esfuerzo necesario para alcanzar esta trasformación no ha sido todavía bien entendido ni explicado.

¿Vosotros pensáis que estamos haciendo bien los proyectos de trasformación a la contratación pública electrónica? ¿Cuáles son vuestras experiencias y sensaciones?

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