¿Se puede cambiar la forma de gestionar la contratación pública en algunos casos?

 

Leyendo una entrada en el blog de “Commitment matters” (Asuntos de contratación)  que titula Una oportunidad para los gestores y los abogados para entender el impacto de los contratos y sus terminos , me ha hecho reflexionar sobre la forma de actuar en la contratación pública. En la entrada se pregunta cuales son las diferencias entre los proyectos contratados que funcionan  y los que tienen retrasos en los plazos de entrega y no cumplen con los presupuestos previstos.

Os dejo a continuación una traducción libre de la entrada y posteriormente y de forma breve mis reflexiones.

La entrada del blog

Una vez más, los contratos y el juicio comercial, han demostrado su valor e importancia, esta vez en la entrega exitosa del megaproyecto de las Olimpiadas de Londres.

 Andrew Davies ha realizado una  investigación sobre la innovación en proyectos de infraestructura y sistemas con el  “Imperial College Business School” en el Reino Unido. Ha investigado el desempeño de la Autoridad de Desarrollo Olímpico en la entrega en plazo y ajustada al presupuesto de la infraestructura necesaria de las Olimpiadas, y ha llevado a cabo una comparación con proyectos similares, como la remodelación del estadio de Wembley (cuatro años de retraso y sustancialmente por encima del presupuesto) y la Terminal 5 de Heathrow (mucho éxito de desarrollo, pero con una aplicación defectuosa). 

Sus conclusiones constituyen una información valiosa para cualquier persona involucrada en el diseño y ejecución de los contratos de proyectos complejos:

–       Evitar los tradicionales contratos de precio fijo a menos que exista un mecanismo claro de colaboración para resolver los problemas y los cambios.

–       Evitar la parcelación del riesgo en los contratistas. El riesgo debe ser compartido por el cliente y los contratistas, hay que guiar continuamente un enfoque de colaboración.

–       Evitar unir las pruebas inconexas con la aceptación. Hay que adoptar un enfoque coordinado que permita un momento adecuado para que las pruebas del sistema completo puedan ser incorporadas en el acuerdo.

–       Evitar presupuestos poco realistas. Un enfoque de cooperación con datos transparentes significa que las relaciones entre el cliente y los socios de entrega son positivos desde el principio.

Curiosamente, el Dr. Davies observa que «los pesos pesados en la gestión de proyectos» son las personas que aprenden de estas experiencias – sin duda, si es cierto, hay que mejorar  la gestión comercial y la supervisión jurídica que deberían, ante todo, tener en mente la forma en que los contratos funcionan con los mejores términos y condiciones  que sean necesarios para apoyar una ejecución de éxito. O por el contrario y como suele ser habitual, nos centramos sólo en identificar las situaciones que pueden ir  mal y sólo nos preocupamos por poner en marcha la garantía de que tendremos las sanciones adecuadas en su momento. 

Reflexiones: 

Los proyectos tienen siempre tres grandes dimensiones: alcance, plazo y presupuesto. Estas tres dimensiones forman el denominado triángulo de oro e identifican, como en el caso de los ángulos del triángulo que todos ellos suman 180º. Esto significa que si se altera cualquiera de las tres dimensiones identificadas se alteran las otras dos. La cuestión es como realizar proyectos, en los que debido a la complejidad, el alcance pueda estar en un cambio casi continuo. Hay que aprender de la experiencia y atender a las lecciones aprendidas del estudio que se referencia y ver si estas experiencias se pueden incorporar de algún modo a las clausulas de un contrato – pliego de condiciones.

En la parte de los proyectos de software (proyectos normalmente transformacionales)  este hecho se suele identificar con  la frase: “Caminar sobre las aguas es igual de fácil que desarrollar software según las especificaciones: siempre que se congelen ambas”.  Pero la “congelación de especificaciones ” en el desarrollo de software en proyectos transformacionales  no suele ser una condición útil ni beneficiosa para casi ningún proyecto, cliente o usuario.

Mi reflexión-pregunta es la siguiente: ¿Hay margen en el soporte jurídico y las relaciones comerciales en la contratación pública para conseguir que cambios continuos en el alcance y una negociación  de forma equilibrada del plazo y del presupuesto, puedan llevarse a cabo?. Siempre en favor de alcanzar el mayor valor posible para la administración-sociedad que es el espíritu de la ley de contratos del sector público

Si esto es posible, habría que aplicarlo a los proyectos de transición a la contratación pública electrónica. Son proyectos donde se persigue una trasformación de la organización con el uso intensivo de las tecnologías de la información y habría que tener en cuenta los puntos resumen del estudio que se  comentaba al principio de esta entrada.

 

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