La estrategia de tecnologías de la información en la contratación pública electrónica

En los últimos tiempos estoy dedicando bastante esfuerzo, porque creo que es fundamental,  en tratar de entender y divulgar comos las tecnologías de la información pueden ayudar a las organizaciones (públicas y privadas) a conseguir sus objetivos, normalmente expresados a través de una estrategia general de las propias organizaciones y con una estrategia de tecnologías de la información que ayude a materializar, a conseguir, los objetivos marcados por  la citada estrategia general, a través de los correspondientes planes.

Como sabéis las estrategias en general tienen en su núcleo un conjunto de elementos imprescindibles que permiten su formulación, y son los siguientes:

–         un diagnóstico, cuanto mejor sea el diagnóstico y más información y conocimiento exista alrededor del mismo, más sencilla y clara aparecerá la estrategia. En contratación pública el diagnóstico se ha realizado con profusión. La Comisión Europea y los Estados Miembros han realizado estudios y métricas en todas las dimensiones posibles del problema y se han recabado resultados positivos a través de experiencias de un volumen considerable. Todos los informes y las opiniones coinciden en el diagnóstico. La contratación pública es una palanca de productividad y competitividad de las sociedades modernas, cuya modernización es clave para la economía actual y que necesariamente pasa por realizar la transición al formato electrónico.

–         una política que guía la acción y que es comunicada y entendida por todos los agentes que van a intervenir. La Unión Europea ha avanzado unas líneas de política general con la consulta de sus dos libros verdes (de modernización de la contratación pública y de la generalización del recurso a la contratación pública electrónica). Y ya han hecho una propuesta de modificación de las Directivas de Compras.  Luego cada Estado Miembro tiene que generar sus propia política, diseñar una estrategia y definir los planes que verifiquen los objetivos propuestos por la Comisión Europea. Estos planes representan la política (dirección, estrategia  y recursos) que cada Estado Miembro quiera utilizar para modernizar la contratación pública y realizar su transición al formato electrónico.

–         una acción coherente que permite ir alcanzando objetivos parciales que están al alcance de la organización con un esfuerzo asumible y en línea con los objetivos definidos. Esta, en mi opinión, es la parte donde la estrategia, basada en los puntos anteriores, establece prioridades y caminos para conseguir los objetivos propuestos. Y es la más difícil porque tiene que combinar la estrategia general que involucra los elementos principales de cualquier organización (personas, procesos, estructuras y tecnologías) con una estrategia de tecnologías de la información que se centre y permita entender las arquitecturas necesarias (negocio, aplicaciones, datos, infraestructuras), junto con las áreas de Gobierno, Estrategia, Proyectos, Operaciones, y Seguridad propias de la tecnologías de la información. Este es el nudo gordiano que hay que superar. Que tiene que ser superado por cada administración y las personas involucradas en la contratación pública. Pero es superable.

Últimamente en el blog hemos comentado, lo que se puede entender como pasos previos a una estrategia general del Reino Unido para abordar la reforma de la contratación pública,  desde luego creo que el documento de referencia representa una parte importante de los elementos de la estrategia general que el Reino Unido puede utilizar. En este enlace está la entrada que comenta el documento al que hacemos referencia.

En la propia entrada reflexionábamos sobre la necesidad de las tecnologías para realizar esta reforma como elemento habilitador de la misma, pero remarcando que los elementos fundamentales eran las personas, los procesos y las estructuras, una idea que también se remarca en el documento de la estrategia del Reino Unido.

También se siguen publicando las noticias de que países como Noruega (Portugal, Francia, Austria, …ya han publicado importantes avances según el mapa de INTECO que podéis ver aquí) han iniciado un camino (estrategia) para utilizar las tecnologías de la información y que ya van consiguiendo sus primeros resultados, siempre muy positivos, pero no exentos de esfuerzo. Nada es gratis.

Hoy la reflexión (sobre la que voy a trabajar en las próximas entradas y en la propia guía de implantación “ágil” a la contratación pública electrónica que sigo preparando), es como unir las estrategias de tecnologías de la información con la estrategia general de modernización de la contratación pública, y cual puede ser la prioridad entre ambas estrategias. Tengo la convicción que en la intersección y la prioridad entre ellas, es donde hay que incidir. Y es una intersección cuyo foco se concentra en dos grandes áreas:

–         Políticas:  que habilitan la innovación social con las herramientas adecuadas (tecnologías de la información)

–         Personas:  que son capaces de interiorizar (la parte social y necesaria de la innovación) y mejorar las innovaciones que hablita  la tecnología y hacen realidad los resultados.

Si os fijáis, de nuevo las tecnologías de la información solo están presentes como habilitadores, como herramientas. Son importantes, pero lo más importantes es la voluntad de la política que entienda que ese es el camino y la voluntad de las personas que quieren echar un pide después de otro, que quieran andar el camino. Pero sin las herramientas la innovación y sus ineludibles ajustes se vuelven imposibles.

Pues bien, llegado a este punto, como siempre hay tomar una decisión. Para ello hacemos la siguientes reflexión alrededor  de los dos caminos posibles de la transición a la contratación pública electrónica (estrategia)  que os planteo a continuación ¿cual creéis que es el mejor?

1)     implementar  una estrategia de tecnologías de la información PREVIA que me permita la transición ágil y  rápida a la contratación pública electrónica de forma que una vez que tenga la opción del formato electrónico pueda elaborar políticas y estrategias de modernización e implementarlas mucho más fácilmente que si tuviera que hacerlo en formato papel.

2)     generar una estrategia de modernización que realice una reingeniería total de la contratación pública y posteriormente trazar una estrategia de tecnologías de la información que realicen la transición al formato electrónico.

Seguramente la mejor estrategia es dependiente de cada administración porque en la sociedad del conocimiento, el saber se ha hecho democrático y tiene múltiples vías y opciones. Como colofón, no hay que olvidar que una estrategia en contratación pública o en tecnologías de la información, sólo tiene sentido si se puede materializar a través de un plan. Y los planes hay que aprobarlos, dotarlos, ejecutarlos, y revisar sus resultados.

En cualquier caso, quiero terminar esta entrada diciendo que el  2012 puede ser un año tan bueno como cualquier otro para seguir intentándolo. Hay mucha tarea pero también puede haber, si lo hacemos bien, mucha recompensa.

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